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miércoles, 28 de noviembre de 2012

LUMIÈRE / KAUWBOY



KAUWBOY

Director: Boudewijn Koole
Reparto: Ricky Koole, Loek Peters, Susan Radder
País: Holanda
Año: 2012



Jojo es un niño holandés de unos diez años que vive con su padre, quien por su trabajo está frecuentemente ausente. Según Jojo, su madre –cantante country– está de gira. Su padre no parece pasar por su mejor momento y Jojo oscila entre una independencia cotidiana adelantada y la necesidad de contención. A veces están las canciones de su madre, y a veces los triunfos en wáterpolo en el colegio. Y una compañerita que hace bombas con chicle. Jojo encuentra un pichón de grajilla (una especie de cuervo) y lo adopta. La película de Boudewijn Koole ganó como mejor ópera prima en el reciente Festival de Berlín. Los motivos, seguramente, tengan que ver con su narración honesta y fluida, que no se acobarda ante conflictos y tristezas fuertes. Así, “Kauwboy” se convierte en una película de especiales efectos de ternura y emoción, con una mirada cabalmente humanista.


Ópera prima de Boudewijn Koole, afamado cortometrajista y documentalista neerlandés, “Kauwboy” retrata las vivencias de este espabilado pequeño llamado Jojo quien vaga a sus anchas en el perenne paisaje que rodea su casa. Su padre se ha convertido en un volátil vigilante de largos turnos diarios, frio y agresivo a veces, mientras su madre parece que ha proseguido su carrera musical más allá del Atlántico dejando a los dos desorientados y solos. Ante la falta de ambos, Jojo hace las tareas del hogar con el recuerdo de su madre siempre presente y se convertirá también en mamá circunstancial al hallar a esta cría de grajo caída del nido. La acogerá, la educará y ésta le acompañará en esta vida de adulto primerizo que le ha tocado vivir. “Kauwboy” es mucho más que la típica historia de iniciación, es un bello poema sobre el crecimiento y las ilusiones que dominan la niñez, frágiles, etéreas pero también necesarias.


Las referencias del largometraje de Koole son claras. Llevan directamente a la versión lírica del cine de los hermanos Dardenne con la excelente “Rosetta” (1999) o la reciente “El niño de la bicicleta” (Le gamin au vélo, 2011); también la perspectiva social de Andrea Arnold con “Fish Tank” (2009). Un chiquillo como centro de un universo cruel y soterrado en el drama más primario. Todo envuelto en un aura mágica con una puesta en escena que recuerda al Terrence Malick menos barroco y mediático. “Kauwboy” esconde dolor en sus poros pero también inspira ternura e ingenuidad. Es el contraste de una familia desestructurada y la concepción de Jojo de ésta. En realidad el recuerdo es el eje de todos sus movimientos. Un recuerdo que escenifica en cada llamada a su madre comentando su jornada, desahogándose, le falta algo, lo sabe y no quiere lo mismo para su nuevo y fiel amigo. Una protección cercana y materna, tutor de excepción de su progresión, apoyo incondicional en las neófitas sensaciones por descubrir.



Las escenas de Jojo con el pichón emocionan. Desde el primer amanecer juntos hasta sus numerosos reencuentros, pasando por la típica situación familiar de evolución del tamaño en un apartado marco de puerta. La conexión es total, no solo entre los dos protagonistas también de un espectador maravillado con esta modesta propuesta – que no llega a los ochenta minutos de metraje –. Lejos de la compañía del ave su vida se torna amarga pero la sigue viviendo. Ama a su padre (Loek Peters), a esa vecina mayor que él (Susan Radder) y no desespera. Su agreste tenacidad llevará al momento de inflexión de la película. Un giro que separa a “Kauwboy” del sobresaliente con un forzado hecho que, sin embargo, no tira por tierra el excelente trabajo tanto de su realizador como de ese aprendiz de cabeza de familia interpretado con desparpajo por Rick Lens. Por fortuna, tan sólo es un sobresalto, el epílogo nos devuelve a su inherente esencia. A esa vuelta al pasado. El nuestro. Donde las cosas eran tan simples. Donde el amor siempre era correspondido. Donde no existía la palabra imposible.



Los encuadres son sencillos y poderosos. La película está basada casi en un 100% en Jojo y el casting fue acertado porque el protagonista es excelente. La historia narrada a veces con una cámara que enfoca a manera de documental y el pequeño fresco y real. Una fotografía prodigiosa que renuncia al lucimiento en pro de la veracidad y la integración con lo narrado. Y el modelo de referencia desorbitado, que imprime tensión al cuento, pero al mismo tiempo ternura y belleza. 


Un hermoso, potente y sincero viaje que muestra con mucho cariño y belleza que la única manera de soltar a la muerte es precisamente integrándola.

PAMELA WAGNER


TRAILER


SOUNDTRACK / Ricky Koole - You are the one 


PAMELA WAGNER