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martes, 19 de julio de 2011

NOVELA EN LÍNEA PARTE 8


EL REENCUENTRO PARTE 8

…Como no podía mandarlo a la escuela, lo metí a trabajar en un estanquillo para que ayudara a la dueña limpiando el mostrador o haciendo mandados, pero el marido de ella, un mantenido, se pasaba sentado todo el día fumando. No sé si fue él quien lo enseñó, pero el caso es que Eduardo empezó con el cigarro, y de lo poco que ganaba, sacaba para el vicio, de modo que me daba unos cuantos centavos que de ninguna manera aliviaban nuestra miseria.
Pronto le pedí a la Señorita Anita que admitiera en su escuela a Lupita, así la niña aprendería a escribir y yo podría ir a vender más fácilmente. Al terminar sus clases, Lupe se iba a la casa, prendía la lumbre y hacía algo para la comida, pero si desgraciadamente Eduardo llegaba antes que yo, ella corría a refugiarse en la casa de la portera y le ayudaba a hacer cualquier cosa, con tal de no estar con su hermano.
Era una niña muy callada y generalmente se sentaba en algún rincón a jugar con las muñecas de trapo que hacíamos entre las dos; hablaba con ellas, pero siempre en voz muy baja, cuchicheando, porque nunca se atrevía a levantar la voz. Sólo canturreaba cuando arrullaba a sus muñecas. Era, como decíamos entonces, una niña muy corta que, cuando veíamos en la calle a alguna señora conocida, se escondía detrás de mí y no saludaba ni se despegaba, aunque le hablaran y le dijeran que estaba muy bonita. Como decía Anita su profesora, era una niña triste.
Poco después de que Eduardo cumpliera los 14 años, sin avisar siquiera, llegó su padre. Ya había asegurado el trabajo para su hijo.
Su amigo había hablado con no sé quién de Nonoalco para que admitiera a “su muchacho” como ayudante de fogonero.
Yo sentí que las piernas se me doblaban por la impresión, sin embargo, mi hijo se mostró encantado con la novedad.
Pasó ese fin de semana entre mis ruegos y lágrimas para que no lo llevara, pero él me ignoró e hizo burla con Eduardo de mis aprensiones.
El lunes muy temprano, fueron a Nonoalco y Gerardo regresó solo, diciéndome que  mi hijo sí iba a ser ayudante de fogonero, pero que sólo con el maquinista que movía las máquinas de patio,  que como era aprendiz, faltaba mucho para que saliera en alguna corrida, así que trabajaría de ocho a cinco y que iría a comer a la casa, pero que tendría que prepararle un itacate en la mañana para que almorzara.
Le iban a dar dos overoles y los lunes tenía que ir con uno limpio. El sueldo, como siempre, unos cuantos centavos.
Esa tarde Gerardo llegó feliz, con su gorra de ferrocarrilero y un overol  todo sucio que me dio para que se lo lavara, porque ya traía el otro que se pondría al día siguiente.
Siempre le gustó andar muy limpio, pues yo los había acostumbrado a que en su casa había miseria, pero no mugre. Como diría Mamá Merche: - “El lujo de los pobres es la limpieza”.
Naturalmente, el trabajo se me había multiplicado.
Después de comprobar que su hijo estaba muy contento en su nuevo trabajo, pasados unos días, Gerardo regresó a Veracruz y, poco después, yo me di cuenta de un nuevo embarazo. Sentí verdadero pánico: ya tenía mi chamaco de 14 años, mi niña de casi 7, Gerardito de menos de 2, y ahora tendría que batallar nuevamente con un chiquito de brazos. ¿Cómo iba a poder trabajar? ¿Quién nos daría de comer?
Nuevamente recurrí a Beatricita, con la esperanza de que me diera algo para evitar al niño, pero cuando le pregunté al respecto, se puso muy seria y me dijo que ella había estudiado para procurar la vida, no para quitarla y que si yo hacía algo, sería por mi cuenta y riesgo y que podía olvidarme de ella para siempre.
-          ¿Sabes la cantidad de mujeres que mueren desangradas por tomar bebedizos hechos con hierbas? En los mercados puedes conseguir lo que sea, pero nadie te asegura que no vas a tener una hemorragia que sería mortal ¿Qué sería entonces de tus hijos? ¿Crees que su padre se haría cargo? Piénsalo y tú decides.
No tuve que pensarlo. Si teniendo a su madre sufrían tal miseria, qué sería de ellos estando solos. Ni pidiendo limosna podrían sobrevivir. Y entonces sí, Eduardo podría llegar a matar a Lupita.
Y en medio de estos tormentos y amarguras, nació Conchita.

Nuevamente Beatricita fue mi tabla de salvación; me atendió en el parto sin cobrarme nada, ni siquiera el alcohol, pero además, fue la madrina de la niña que, según me dijo ella misma, era una “gringuita” igualita a mí, pues era rubia, de piel blanquísima azulada y ojos verdes;  además, cuando tenía tiempo de visitarnos, llegaba con regalos y comida.
Sus visitas no eran muy frecuentes: se había casado con un médico, compañero de ella en la escuela, pero que no tenía clientela, por lo que acabó manteniéndolo así como a los dos hijos que procrearon, eso hizo que sus visitas fueran escaseando más y más.
A Gerardo mi marido, no le volví a escribir, de modo que nunca le hablé del nacimiento de Conchita. ¡Para qué! Nunca me había respondido cuando nacieron mis otros hijos, menos lo haría ahora que había nacido otra mujercita.
Con mi nueva niña, estaba muy limitada para buscar clientes, pues las señoras que me compraban en Loreto, no querían más mercancía, sus hijos habían crecido y no necesitaban ya  camisitas, chambritas o zapatitos tejidos.
Otra de las señoras que vendía en Loreto, me dijo que habría que ir hasta la Catedral, para buscar nueva clientela, pero yo no podía moverme hasta allá cargando a Conchita y llevando de la mano a Gerardito. Además, estaba cansada: tenía que comprar la comida,   acabar de hacerla, atender a los niños,  tejer, preparar el itacate para Eduardo y lavar los overoles tallándoles las manchas de aceite con lejía.
No tuve más remedio que  decirle a Lupita que diera las gracias a la señorita Anita, que ya no podría ir a la escuela, porque tenía que quedarse a cuidar a Gerardo, de tres años y a Conchita  de seis meses.  La niña lloró muchísimo y a mí me partió el corazón, pero no teníamos otra salida.
Al día siguiente, llorando amargamente, fue a darle las gracias a su profesora y cuando regresó, no había nada que la consolara. Al rato llegó Anita para decirme que no debía sacarla de la escuela, que era muy lista y muy empeñosa y que apenas empezaba el segundo ciclo, que correspondía al tercer año y ella ya leía y escribía de corrido. Tuve que explicarle lo terrible de mi situación, para que comprendiera que no era por ser niña que la tenía que dejar sin estudios. A lo que me comprometí fue a mandarla los viernes en la tarde a unas clases de bordado que iba a dar otra señorita, que ya estaba enseñando en las mañanas y a Lupita le gustaba mucho.
-          Sí. Siempre se dolió de no haber podido seguir en la escuela. Muchas veces me lo dijo.
-          A mí constantemente me lo reprochaba cuando creció. Me decía que le daba mucha vergüenza escribir porque tenía muy mala letra.
Pero lo que sí aprendió muy bien, fue a bordar. Como mis hermanas, aprendió la pintura a la aguja y el punto de sombra, además del crochet que yo le había enseñado. Se hizo tan apasionada del bordado, que se levantaba a las cuatro de la mañana y, con la luz de la vela, se ponía a bordar mientras sus hermanos dormían. Hacía toallas, fundas para almohada o carpetas, con violetas, margaritas o amapolas que copiaba del natural y les tejía su punta de crochet que yo vendía en la puerta de la Catedral.
Esto hizo mejorar mucho las ventas y nuestra situación.
Durante el día, lavaba y atendía a sus hermanitos y arreglaba la casa, aseándola lo mejor que podía. Ya no le gustaba salir para nada a la calle, sólo seguía corriendo a la portería si llagaba su hermano.
Eduardo (ya no admitía el diminutivo porque era un trabajador de los Ferrocarriles) tenía 16 años cuando el señor Esteban, su jefe, le dijo que él tenía que irse, porque lo trasladaban a la estación de Querétaro; que si yo lo autorizaba, se lo llevaría como ayudante, pero ahora ya no sería fogonero, sino guardavía, con lo que mi hijo aprendería a mover los rieles en la estación.
Otra vez sentí angustia al pensar que estaría en las vías del tren, pero don Esteban, cuando fui a verlo, me dijo que era menos peligroso que ser fogonero y que él lo cuidaría. Él pensaba que mi hijo tenía futuro en los ferrocarriles, porque sabía leer y escribir, que seguramente lo prepararían como maquinista y después lo harían Jefe de Estación, a lo que él, con sus años, no podía aspirar por no haber ido a la escuela. En cuanto a su alojamiento, me dijo que a él le iban a dar una casita cerca de la estación, para vivir con su familia y que no faltaría un lugar para mi muchacho.
Su salario no subía mucho, pero podría mandarme cada decena, algo más de lo que me había dado hasta entonces.
Que el sueldo no fallaba, porque cada diez días, el pagador, escoltado por unos soldados, viajaba en el último vagón y  la máquina se detenía cuando había que pagarle a los peones de vía, así como a los empleados de las estaciones, por pequeñas que fueran, pues mucho más en las importantes como Querétaro.
Quince días después fuimos a la estación a despedirlo y, al verlo tan contento, tuve que guardar mis lágrimas.
Los días que siguieron fueron muy tranquilos; los niños jugaban juntos y, aunque discutieran, no había violencia. Por fin se respiraba armonía en mi casa.
¡Qué triste es reconocer que un hijo, al que se quiere tanto, es capaz de romper la cordialidad y la paz de la familia!
Ya con buen ánimo, decidí que mis hermanas debían conocer a mis niños…
CONTINUARA….
MAESTRA LAURA MARTHA CHÁVEZ CARRIÓN.

HI - TECH DEPREDADORES EN INTERNET 2


Depredadores En Internet (parte 2)

Por: Dra. Katherine Ramsland
Traducción Tulio Oñate Angulo
Los salones de charla o “chateo” son el lugar típicamente visitado por depredadores y víctimas, para que “sus caminos se crucen”. Mientras los depredadores comienzan el proceso de atracción de sus “presas” con conversaciones en tiempo real. Los participantes de los foros, a menudo colocan su perfil a la vista de todos, es decir listas de lo que les gusta y de sí mismos; por ejemplo: edad, sexo, pasatiempos y preferencias, proporcionando al depredador la oportunidad de arraigarse, lo cual es como una “Tarjeta de presentación” frente a sus presas. Los chicos pueden incluir fotografías o bien videos de sí mismos para que los vean “en acción”. Incluso hay foros que permiten compartir, entre usuarios, grandes archivos; incluir videos, que serán enviados a otros pedófilos; conservando algunas copias para utilizarlos como “carnada” o bien para consolidar una “relación”.
Pescando en la Red
Los depredadores sexuales saben precisamente lo que están buscando, porque sus fantasías están fijas en un tipo específico de “presa”. Por ejemplo, niños preadolescentes o niñas de 16 años. Cuando encuentran lo que buscan, se asientan o empecinan en su blanco. Si el chico expresa conflictos con los adultos, depresión soledad o necesidad de cariño; eso será todo lo que el depredador necesitará para comenzar su manipulación de la víctima. Ofrecen apoyo emocional y, gradualmente, se abren camino para invitar al chico a un encuentro “fuera de línea”. Los predadores se aseguran de que el niño “guarde en secreto” la relación y utilizan tácticas específicas para aislar al chico de sus amigos y de su familia. Usarán “el viejo truco del dulce” para atraer a sus presas, esto es que, a menudo, les enviarán regalos, particularmente cámaras de video o webcams o tarjetas pre pagadas para teléfono celular; buscando a toda costa, ganarse la confianza del niño.
El detective Richard Peffall de la unidad de crímenes mayores de Pennsylvania, se encarga de una operación a largo plazo que busca la erradicación de los predadores en los foros de charla para adolescentes en Internet. “Los actuales predadores en Internet” dice Peffall son los mismos tipos que solíamos atrapar fuera de las escuelas hace treinta años cuando comencé mi carrera de policía. Estos criminales son los mismos individuos enfermos y desviados que acosaban a los niños en el pasado; la Internet solo les ha abierto una nueva vía para que puedan hallar víctimas. Con más de 40 arrestos de “Viajeros”; la excusa que mas frecuentemente oímos es “Yo solo vine a advertirles acerca de cuan peligroso es hablar con extraños en la Internet”. Pero al pedirles que expliquen porqué vinieron equipados con varios paquetes de condones en los bolsillos, a sólo advertir a los niños, y verse confrontados con la evidencia de su crimen, rápidamente se dan por vencidos.
Peffall además de insistir en que los padres deben constituir la primera línea de defensa contra los pederastas, e interesarse con quién “chatean” sus hijos, recomienda que instalen sus computadoras en áreas comunes de la casa; no en el dormitorio, ni en un estudio aislado, y sobre todo, que hablen con sus hijos acerca del peligro a que pueden estar expuestos”.
Apuntando a Múltiples Víctimas
La abogada Monique Ferraro y el perito forense: Bogan Carey, en su libro Investigating Child Exploitation and Pornography; discuten acerca de cómo la Internet se ha empeñado en impactar irreversiblemente cada esfuerzo humano, incluyendo el modus operandi de los predadores. Ellos se enfocan especialmente en la explotación infantil, “en línea”. La Internet, declaran, ha creado un verdadero negocio en lo referente al comercio de pornografía, que se mantiene, por mucho, lejos del alcance de la Ley y de los esfuerzos legislativos para regularla; incluso, la comunicación entre los pederastas se ha visto alentada de algún modo, al evitar que los depredadores se mantengan en la sombra como “lobos solitarios”. Se sabe que se apoyan unos a otros, en su actividad criminal, intercambiando ideas y buscando nuevas oportunidades y estrategias para atacar. Los ofensores cibernéticos, afirma el psiquiatra forense Michael McGrath, generalmente buscan múltiples víctimas; acechan a chicos con baja autoestima y problemas familiares; chicos inseguros acerca de su sexualidad, y con otras problemáticas comunes a los adolescentes. Estos depredadores irán adonde puedan encontrar grandes cantidades de niños o jóvenes. Algunas veces posarán como adultos que ofrecen a los niños una relación de tipo “Mentor”, y otras veces actúan como niños de la misma edad que sus contactados. Con la Internet, consiguen rápidamente cierto sentido de intimidad que les facilita el enfrentarse cara a cara, pues utilizan frases de manera inteligente capaces de convencer a cualquier chico o chica en el que están realmente interesados. Los oficiales que conocen las variadas herramientas que estos ofensores utilizan en Internet para atraer victimas potenciales (ganar su confianza y gradualmente seducirlos), están suficientemente capacitados para encontrarlos y detenerlos.
Los investigadores y psicólogos especializados en la “Depredación por Internet”, señalan una serie de “focos rojos” de los que los que los padres deben poner atención:
Regalos enviados a sus hijos, por desconocidos;
Llamadas telefónicas a los niños, de parte de adultos desconocidos;
Cuando un chico pasa largo tiempo “en línea”, sin decir de lo que habla;
Cuando él o ella tratan de esconder lo que están haciendo “en línea”;
Cuando un chico o chica, comienzan a comportarse de modo diferente a su normalidad, especialmente de modo agresivo.
Por seguridad de sus hijos, los padres deben establecer reglas claras acerca del uso de la Internet tanto en casa, como en la escuela y permanecer firmes al respecto. Deben establecerse verdaderos periodos de monitoreo, mantener una comunicación abierta con los hijos, procurando establecer un diálogo con la finalidad de advertirles sobre los peligros que hay en la red. Habrá tentaciones para los chicos con la intención de que desafíen a sus padres o para que intenten algo “peligroso”. Pero los niños, que si están educados o advertidos al respecto, no se arriesgarán.
El hecho es que la agresión sexual es una forma de crimen persistente, y los depredadores han encontrado la vía libre en Internet para captar jóvenes vulnerables. Los “Viajeros” se empecinan en dar rienda suelta a sus necesidades; pero se sabe bien, que evitarán a niños que están claramente protegidos por sus padres y buscarán objetivos más fáciles.

TULIO OÑATE ANGULO.

sábado, 2 de julio de 2011

LUMIÈRE JUL 2011 JACQUES TATI


JACQUES TATI  Director de cine excepcional…
JACQUES TATI
Jacques Tati nació el 9 de octubre de 1907, fue un deportista profesional, que en los años 30’s supo explotar sus talentos como mimo y atleta. Comenzó a intervenir en algunos cortometrajes. Entre 1947 y 1949 realizó “Jour de Fête”, haciendo cómplices a los habitantes de la ciudad de Indre y experimentando un proceso de filmación en colores algo inciertos. En 1956 creó Specta Films, su propia casa productora y casi paralelamente, creo el personaje de “Hulot”, torpe, divertido y poco convencional, interpretado por él mismo, y al que le es fiel hasta su último filme.
PLAYTIME
Tati desarrolló la comedia de una manera completamente original, en el contexto de una pantalla grande (filmando Playtime en 70 mm) distanciándolo del burlesco original, con una tentativa de descubrir el mundo y elevando las películas de humor a la categoría de arte.
Su obra de una gran coherencia a pesar de su ligereza, fue muy admirada en su tiempo y aun en nuestros días sigue siendo un elemento básico del patrimonio cinematográfico francés. Jacques Tati creó el personaje de Monsieur Hulot, fundiéndose en el mismo, como si fuese uno solo. Un inventor de gadgets de una precisión fascinante, una puesta en escena escrupulosa, convirtiéndose en mejor poeta que Productor.
MON ONCLE
Tati perdió la batalla de Monsieur Hulot, realizó únicamente seis filmes en 40 años de carrera, entre ellos: Mon Oncle, Les Vacances de Monsieur Hulot, Playtime, Trafic. Les Vacances de Monsieur Hulot realizada en Inglés y Francés, fué su primer filme a color, logrando obtener el premio especial del jurado de Cannes, así como el Oscar en 1959 a la mejor película extranjera.
TRAFIC
Pasó los últimos quince años de su vida pagando deudas que le sirvieron para montar un proyecto faraónico: Playtime, a principios de los años 60’s, muy esperado entre los cinéfilos, no logró el éxito que se esperaba, la inversión fue enorme, toda una ciudad reconstruida en un terreno baldío con una decoración impresionante, las consecuencias financieras fueron terribles, al punto de tener que vender su propiedad en Saint-German-de-Laye. Por consiguiente Tati se vio obligado a reducir sus gastos y filma “Trafic”, proyectada en 1971, convirtiéndose este proyecto también en un Telefilm, creando una nueva forma de espectáculo cinematográfico. En 1974 Specta film quiebra rotundamente y debilitado por problemas de salud Jacques Tati muere el 4 de Noviembre de 1982 en plena preparación de su nuevo film: Confusión.
TRAFIC
La aportación de Tati es bastante particular, a pesar de la ausencia de diálogos,  los sonidos escogidos y trabajados crean un universo de una inmensa riqueza y son por sí mismos una fuente inagotable de comicidad. Raros son los Directores que han sabido explotar el trabajo sonoro de una manera tan meticulosa, a tal grado que la banda sonora se convierte en una obra de arte por sí misma.
Tati ha trascendido el humor al cinema, poniendo especial énfasis en la deshumanización de nuestra sociedad y la extrema agitación del mundo moderno. Se le considera como “El Ingeniero de la Comedia”  Un Ingeniero que tenía la cabeza en las nubes, un soñador maravillado que creía en la virtud de la inocencia, que creía suficiente con decir no moviendo la cabeza, alejándose a grandes zancadas de los empresarios y banqueros. El mundo del cine, ha estado y estará ávido de talentos soñadores de grandes cineastas como Jacques Tati.

PRISCILLA WAGNER

NOVELA EN LÍNEA PARTE 7

EL REENCUENTRO PARTE 7
…Eduardito no aceptó a su hermanita y la empezó a maltratar desde el primer momento; le enojó mucho que lo hiciera dormir en el catre, para poder tener cerca a la chiquita. Cuando yo iba a cambiarla, él me decía: - ¡Aguas, aguas! - y tenía que verlo a él primero. Yo pensé que, a sus siete años, entendería que era preciso atender a su hermanita, pero por más que traté de explicárselo, nunca quiso acercarse a ella más que para jalonearla o pellizcarla. Él ya no lloraba, parecía bastarle con que ella lo hiciera.

Habíamos seguido en casa de doña Tina. Era muy bondadosa y tolerante con nosotros, y trataba de distraer a mi hijo cuando empezaba a molestar a Lupita, y aunque yo procuraba estar con ellos en la calle, vendiendo mis tejidos o comprando lo que necesitábamos, la verdad, llegaba rendida a la casa después de caminar y caminar en el mercado cargando una canasta pequeña con mi mercancía y a la niña y jalando de la mano al niño, pues en cuanto lo soltaba, corría y yo tenía que ir detrás de él.
Pero aunque todos llegábamos cansados, Eduardo empezaba a molestar a la niña hasta que conseguía que llorara desesperadamente y yo gritara, tratando de apaciguar a los dos. Entonces entraba Tina queriendo meter paz, hasta que llegó el día en que me dijo que ya no podía tenernos en su casa, que no soportaba el que Eduardo hiciera llorar a su hermanita, ni los escándalos que armábamos todos los días, que los demás huéspedes ya estaban enojados y que tenía ocho días para buscar en dónde vivir.
Unos días después hallé un cuartito pequeño en la calle de Mixcalco y, bañada en lágrimas, abandoné la casa de doña Tina, en la que había encontrado refugio, bondad y consuelo.
Me quedaba cerca la hermosa Iglesia de La Santísima, a la que iba a vender mis cosas, pero la gente que vivía en el rumbo era pobre y lo que lograba de la venta, apenas alcanzaba para la leche de los niños y, a veces, para comprar tres piezas de pan que costaban un centavo.
IGLESIA DE LORETO
 Recorrí todas las Iglesias del rumbo: San Antonio Tomatlán, San Sebastián, Santa Teresita y la de la Virgen de Loreto que estaba a tres o cuatro calles de la casa en la que había vivido Lucero, mi hermana.
Fue entonces que me percaté de lo mucho que extrañaba a mis hermanas, de todo lo que había perdido por mi necesidad y por haber confiado en Gerardo y entonces sentí que lo odiaba, que no quería volver a verlo, ni saber nada de él.
El problema con Eduardo seguía igual; golpeaba a su hermanita constantemente y como ella era de piel apiñonada y tenía el pelo castaño y ojos cafés con unas enormes pestañas, él le decía:
-          Lupe fea, - y al tiempo que la jalaba de los cabellos – Prieta - prieta. Tú me tienes que obedecer porque yo soy el hombre de la casa.
La niña se acurrucaba en un rincón gritando y llorando a mares, tratando de evitar los golpes despiadados de su hermano. Yo intervenía, pero sólo cuando veía que tenía un palo en la mano, dejaba de golpearla, pero entonces se volvía contra mí, repitiendo lo que su padre le había dicho.
A los pocos meses de vivir ahí, la portera me dijo que los vecinos (todos muy mal encarados y que nunca contestaban mi saludo) , le habían dicho que iban a llamar al policía de la esquina si no dejábamos de golpear a esa pobre niña.
Cuando alguien me dijo que había una profesora que tenía una escuelita por ahí cerca, llevé a Eduardo que iba a cumplir nueve años, para que le enseñara lo elemental, pero además para que estuviera unas horas lejos de Lupita.
Esto también me permitió moverme con más libertad para vender.
Me fui a la Iglesia de Loreto, porque vi que las personas que iban a Misa de diez o de doce, eran gente  de mayores posibilidades y, efectivamente, mejoraron mis ingresos, pero el problema con Eduardo continuó, pues no perdía oportunidad para golpear a su hermana. La ventaja fue que, a medida que pasó el tiempo, la profesora le dejaba más tarea y eso sí  lo tenía ocupado por las tardes.
La Señorita Anita, que así se llamaba la profesora, me dijo que el niño era caprichudo, pero que tenía muchas ganas de aprender y que debíamos aprovechar esa disposición.
No sé exactamente cómo era lo que enseñaba, pero al cabo de dos años me dijo que era necesario que lo llevara a otra escuela para que hiciera el ciclo de quinto y sexto para que tuviera su papel y pudiera estudiar más, o al menos podría trabajar, pues leía muy bien. Algunas veces yo conseguía alguna página del diario “Monitor Republicano” o del “Siglo XIX” y hacía que me leyera en voz alta las noticias, lo que me servía para enterarme levemente de lo que sucedía en el país, pero sobre todo, para que él estuviera ocupado y se olvidara de golpear a su hermanita, pero pocas veces lo lograba. Parecía que el único objetivo suyo era golpear, cada vez con más furia, a la pobre niña.
Pasó el tiempo y por fin tuvo su boleta del ciclo de quinto y sexto años.
Él deseaba seguir en una escuela, pero yo no podía ni siquiera pensar en comprarle libros o cuadernos, por lo que decidió escribirle a su padre para que lo ayudara. Mandamos la carta adonde yo recordaba que contrataban a los cargadores del puerto, aunque mi deseo callado era que nunca llegara a sus manos.
En lugar de una carta, llegó él. Su presencia me alteró muchísimo, porque sabía que exigiría sus derechos de marido y yo sentía cada vez más rechazo y repugnancia por ese hombre.
Tuve que aceptar todo lo que quiso, con la idea de que ahora sí se preocupara por darle escuela a su hijo, pero había venido, como siempre, con las manos vacías, con mayores muestras de su alcoholismo y atenido a que yo siguiera manteniendo la casa.
Lejos de reprender a Eduardo por el maltrato a la niña, se reía festejando sus abusos.
Pasados unos tres o cuatro meses, viendo que yo le escatimaba todo, más que nada el dinero, decidió volver al puerto y ahora sí permitió que lo acompañáramos a la estación.
Lupita, de poco más de cinco años, no quiso nunca acercarse a su padre, para ella era un perfecto desconocido al que tenía miedo, pero él tampoco se ocupó de ella, por el desprecio que sentía por las mujeres.
FERROCARRIL 1890
A Eduardo lo impresionaron mucho los ferrocarriles y dijo que quería trabajar allí, que así pasearía mucho sin que le costara. Gerardo comentó que en Veracruz tenía un amigo que trabajaba en el ferrocarril y que iba a ver qué podía hacer, a lo que yo me opuse y le dije que el niño tenía que estudiar, que era lo que le gustaba. Como siempre, nada más se rió.
Al principio, mandó algunas cartas, pero cuando supo que nuevamente estaba embarazada, se enojó muchísimo, diciendo que no estábamos para seguir llenándonos de hijos y sus cartas ya no fueron tan seguidas.
Nació Gerardo (había que ponerle el nombre del papá), como siempre, con la asistencia y ayuda económica de Beatricita. Ya no contaba con Tina, que fue madrina de Lupita, pero no la volvió a ver, por eso, en esta ocasión le pedí a Beatricita que fuera madrina del chiquito, a lo que accedió, pero diciéndome que debía exigirle a mi marido, primero, que se casara conmigo y luego, que llevara a registrar a sus hijos porque ya había un Registro Civil y ahora no bastaba con la Fe de Bautizo, porque después iban a exigir, para todo, el registro.
Le mandé la carta, pero nunca me dio una respuesta, se concretó a decirme que, en cuanto Eduardo cumpliera los 14 años, su amigo podía meterlo a trabajar de ayudante de fogonero en el ferrocarril. No era eso lo que yo quería para mi hijo, yo quería que hiciera una carrera como sus primos Escalante, pero él no cabía en sí de contento, diciendo que iba a conocer muchos lugares como su papá.
Siguió con la odiosa costumbre de golpear a su hermanita, pero la presencia de Gerardito no pareció molestarle, aunque, como Lupita, tenía el pelo castaño y los ojos cafés, con lo que quedó demostrado su desprecio por la mujer.
La niña había cumplido ya seis años y se había vuelto mi mano derecha: había aprendido a prender la lumbre para hacer arroz o alguna sopa, calentaba la leche de Gerardito y ya mal lavaba algo de ropa, pero en cuanto llegaba Eduardo, corría a esconderse, porque sabía que la iba a golpear. Ni mis enojos, ni mis súplicas, ni mis lágrimas, pudieron convencerlo de dejar de golpearla.
CONTINUARÁ…
MAESTRA LAURA MARTHA CHÁVEZ CARRIÓN.
www.artefaktor.infored.mx

viernes, 1 de julio de 2011

CHARTS JUL 2011

CHARTS
1*     INGLÉS   ENGLISH
GIVE ME EVERYTHING
PITBULL FEATURTING NE-YO, AFROJACK & NAYER
2    
ROLLING IN THE DEEP
ADELLE
3    
PARTY ROCK ANTHEM
LMFAO FEATURING LAUREN BENNETT & GOONROCK
4     
LAST FRIDAY NIGHT (T.G.I.F.)
KATY PERRY
5    
SUPER BASS
NICKI MINAJ
6  
THE EDGE OF GLORY
LADY GAGA
7    
E.T.
KATY PERRY FEATURING KANYE WEST
8    
MOVES LIKE JAGGER
MAROON 5 FEATURING CHRISTINA AGULERA
9    
THE LAZY SONG
BRUNO MARS
8
10  
HOW TO LOVE
LIL WAYNE