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jueves, 2 de diciembre de 2010

LUMIÈRE



FANNY Y ALEXANDER  ( FANNY OCH ALEXANDER )
Año de Producción: 1982
País: Alemania, Francia, Suecia
Dirección: Ingmar Bergman
Intérpretes: Pernilla Allwin, Bertil Guve, Harriet Andersson, Pernilla Östergren, Mats Bergman, Gunnar Björnstrand, Allan Edwall
Guión: Ingmar Bergman
Música: Daniel Bell
Fotografía: Sven Nykvist
Duración: 180 min.

1907. Todo comienza con escenas de una típica CENA NAVIDEÑA en la Suecia del mismo Bergman. La familia Ekdahl sufre la desgracia de la muerte de Oscar, Director de Teatro. Le sobreviven su esposa Emilie, y sus hijos Fanny y Alexander.
La joven viuda será cortejada por el obispo luterano Edvard Vergérus. Acabarán casándose, pero lo que prometía ser una nueva familia feliz, no lo es gracias al rigorismo excesivo de Edvard. Hasta el punto de que nace y crece el odio en Alexander, quien es duramente humillado y maltratado por su padrastro, Alexander desea la muerte de Edvard. Mientras, el resto del clan Ekdahl, consiente del sufrimiento que el pastor ha traído a la familia, pide ayuda al anticuario judío Isak Jacobi.
Absoluta obra maestra de INGMAR BERGMAN, con Hoffman y Dickens como “padrinos” , según el cineasta, tanto en su versión estrenada en cine ( disponible en la edición sencilla y la del coleccionista ) , como en la televisiva, que dura casi el doble ( se incluye en la edición del coleccionista ). Se trata de una producción Sueco-Francesa-Alemana de 1982. Ganadora de 4 Oscar como: Mejor Película Extranjera, Mejor Fotografía, Mejor Diseño de Vestuario y Mejor Dirección de Arte. El director Bergman fue nominado como mejor Director y mejor Autor de Guión. El film recibió además otros 18 premios relevantes.
Resume bien las obsesiones y desesperanza del cineasta sueco, quien confesaba que con esta historia "puedo vencer la angustia, aliviar las tensiones y derrotar la destrucción". Si en títulos anteriores de su filmografía éramos testigos de su búsqueda de Dios, aquí vemos en Alexander una rebelión brutal y blasfema, propiciada por la influencia negativa de Edvard; así las cosas, al igual que le ocurre a Bergman, sólo queda el refugio en la creatividad.

Cada vez que se está al frente de una obra de Bergman  nos percatamos que es un cineasta que ha seguido una misma línea durante toda su carrera, que ha sido fiel a su forma de hacer cine y que no la ha abandonado, le pese a quien le pese, también en honor a la verdad hay que decir que no estamos ante uno de los fáciles, su forma de expresar los sentimientos e intentar transmitirlos al espectador a través de la pantalla, en ocasiones requiere de un esfuerzo adicional  por parte del mismo.

El director muestra dos estadios completamente distintos de la vida de Alexander, el comienzo en el que este vive rodeado de su familia los Ekdhal, un grupo de simpáticos libertinos muy dados a la promiscuidad, cuyos rasgos principales son la bondad, la alegría, el compartir con el prójimo, incluso en cierta manera el derroche aunque bien justificado, la muerte de Oscar (Allan Edwall), padre de Alexander es el detonante para que todo este cosmos se venga abajo, su madre Emilie (Ewa Fröling) contrae de nuevo matrimonio con el obispo Eduard Vergerus (Jan Malmsjö) a partir de aquí llega el infierno, todo es austeridad, falta de sentimientos, dura educación e incluso privación total de libertad.

El contraste se muestra de una manera tan clara que incluso cuando estamos viendo las escenas que pertenecen a una de las dos etapas anteriormente descritas, no solo cambia el talante de los actores, sino que su entorno, incluso su vestuario sufre un cambio radical pasando de vivos colores al negro sobrio de la casa del obispo, desde aquí dar un sobresaliente al director artístico que ha sido el principal culpable en remarcar de una forma muy visual este claro contraste.

El momento más álgido de la narración  pertenece a la muerte del padre, pero durante toda la trayectoria del metraje no tenemos motivo para relajarnos, ya que a través de los diálogos o de algunas escenas, asistimos a una serie de picos, una especie de píldoras o chispas de humor que nos mantienen alerta sin dejarnos bajar la guardia, por supuesto viniendo del director sueco son retazos de un humor bastante negro, pero al fin y al cabo arrancan la carcajada del espectador.

Priscilla Wagner.

1 comentario:

Aiko dijo...

Hello!

Well, what can I say? First of all, I want you to know I really love cinema, so I suggest, you should write more about it :D.

Ingmar Bergman is one of the greatest directors the cinema has given to us. His style is used to be dramatic as well as dark, and that's what makes Bergman so interesting.

But I must recognize, that I know quite a few about this director and I'd really love to know more about his films.

"Fanny and Alexander" sounds great, and I hope to watch it soon.

Bye bye!!! Nice web,

Aiko Domínguez Martínez