HENRY CARTIER – BRESSON
(1908 – 2004)
Nació el 22 de agosto 1908 en Chanteloup, Francia, murió 03 de agosto 2004, en Céreste. Fotógrafo francés cuyas fotografías de carácter humano y espontáneo han sido reconocidas a nivel mundial. Admirado por los mejores fotógrafos incluso. Composición perfecta y armoniosa, blanco y negro, se puede sentir en cada una de sus fotografías la calidez, el gusto por la vida, el ojo clínico de la belleza de la imagen antes de oprimir el botón de la cámara. Cartier-Bresson ayudó a establecer el fotoperiodismo como una forma de arte además de todo. Su teoría de que la fotografía puede captar el significado bajo la apariencia externa en instantes de una claridad extraordinaria, es expresada mejor en su libro “Images à sauvette” (1952; El momento decisivo).
Cartier-Bresson nació y asistió a la escuela en un pueblo no lejos de París. En 1927-1928 estudió en París con André Lhote, un artista y crítico asociado con el movimiento cubista. Lhote implantó en él un interés permanente por la pintura, un factor crucial en la educación de su visión. En 1929, Cartier-Bresson fue a la Universidad de Cambridge en Inglaterra, donde estudió literatura y pintura.
Cartier-Bresson nació y asistió a la escuela en un pueblo no lejos de París. En 1927-1928 estudió en París con André Lhote, un artista y crítico asociado con el movimiento cubista. Lhote implantó en él un interés permanente por la pintura, un factor crucial en la educación de su visión. En 1929, Cartier-Bresson fue a la Universidad de Cambridge en Inglaterra, donde estudió literatura y pintura.
Cuando era niño, Cartier-Bresson se había iniciado en los misterios de la simple cámara instantánea "Brownie".
Sin embargo, su primera preocupación más seria con el medio ocurrió alrededor de 1930, después de ver el trabajo de dos fotógrafos importantes del siglo XX, Eugène Atget y Man Ray. Haciendo uso de un pequeño subsidio, viajó a África en 1931, y vivió en la selva, grabando su experiencia con una cámara en miniatura. Allí contrajo la fiebre de aguas negras, haciendo necesario su regreso a Francia. La portabilidad de una pequeña cámara y la facilidad con que podía registrar impresiones instantáneas debe haber tocado una fibra importante de Bresson, ya que en 1933 adquirió su primera Leica de 35 mm. El uso de este tipo de cámara es especialmente pertinente para Cartier-Bresson. Ya que se presta no sólo a la espontaneidad, si no al anonimato también. Tanto hizo Cartier-Bresson por conseguir ser un silencio, no visto, que incluso el testimonio lo cubre con las partes de cromo brillante de su cámara y con la cinta en negro para que sea menos visible, muchas veces se escondió la cámara en un pañuelo. El hombre fue igualmente discreto en su vida y obra.
En más de 40 años como fotógrafo, Cartier-Bresson deambuló continuamente en todo el mundo. Pero no había nada compulsivo en sus viajes, su deseo de moverse lentamente era explícitamente expresado y siempre trataba de vivir “en condiciones adecuadas" en cada país, tomándose el tiempo, de modo que se sumergiera completamente en el ambiente.
En más de 40 años como fotógrafo, Cartier-Bresson deambuló continuamente en todo el mundo. Pero no había nada compulsivo en sus viajes, su deseo de moverse lentamente era explícitamente expresado y siempre trataba de vivir “en condiciones adecuadas" en cada país, tomándose el tiempo, de modo que se sumergiera completamente en el ambiente.
En 1937, Cartier-Bresson produjo una película documental, siendo con esto el primero en hacerlo, dicho documental fue acerca de la ayuda médica en la Guerra Civil española. La fecha también marcó su primera fotografía de reportaje hecha para periódicos y revistas.
Su entusiasmo por el cine se congratula aún más cuando, de 1936 a 1939, trabajó como asistente del director de cine Jean Renoir en la producción de “Une Partie de champagne” y “La règle du jeu” .
Como fotógrafo se sentía en deuda con las grandes películas que vio en su juventud. Este gusto por el cine le enseñó precisamente elegir el momento exacto, el más expresivo, y el mejor punto de vista literalmente hablando. La importancia que le dio a las imágenes secuenciales en la fotografía se puede atribuir justamente a la importancia del cine en su vida.
Cartier-Bresson es un fotógrafo que sabe componer con rigor, observando los gestos, las yuxtaposiciones de elementos y dispara en el breve instante en que todo ello crea un conjunto significativo, lo que él define precisamente como “El momento decisivo”.
En 1947 junto con Capa, Seymour y Rodger, fundaron la “AGENCIA MAGNUM”.
Durante 20 años fue considerado como uno de los mejores reporteros de su época.
Documentó actos tan importantes como el funeral de “Gandhi”, la guerra civil en China y en España, entre otros, también realizó un viaje importante a México donde tomó muchas de sus más conocidas fotografías impactado por la cultura mexicana.
En 1955 por invitación del Museo de Louvre en Paris realizó su primera exposición, siendo el primer fotógrafo en hacerlo. Gracias al “Centro Internacional de Fotografía” a partir de 1979 sus imágenes han recorrido todo el mundo.
Muere a los 95 años de edad el 3 de Agosto del 2004 en su residencia “Le Claux” al norte de Marsella, Francia.
PRISCILLA WAGNER