Depredadores En Internet (parte 2)
Por: Dra. Katherine Ramsland
Traducción Tulio Oñate Angulo
Los salones de charla o “chateo” son el lugar típicamente visitado por depredadores y víctimas, para que “sus caminos se crucen”. Mientras los depredadores comienzan el proceso de atracción de sus “presas” con conversaciones en tiempo real. Los participantes de los foros, a menudo colocan su perfil a la vista de todos, es decir listas de lo que les gusta y de sí mismos; por ejemplo: edad, sexo, pasatiempos y preferencias, proporcionando al depredador la oportunidad de arraigarse, lo cual es como una “Tarjeta de presentación” frente a sus presas. Los chicos pueden incluir fotografías o bien videos de sí mismos para que los vean “en acción”. Incluso hay foros que permiten compartir, entre usuarios, grandes archivos; incluir videos, que serán enviados a otros pedófilos; conservando algunas copias para utilizarlos como “carnada” o bien para consolidar una “relación”.
Pescando en la Red
Los depredadores sexuales saben precisamente lo que están buscando, porque sus fantasías están fijas en un tipo específico de “presa”. Por ejemplo, niños preadolescentes o niñas de 16 años. Cuando encuentran lo que buscan, se asientan o empecinan en su blanco. Si el chico expresa conflictos con los adultos, depresión soledad o necesidad de cariño; eso será todo lo que el depredador necesitará para comenzar su manipulación de la víctima. Ofrecen apoyo emocional y, gradualmente, se abren camino para invitar al chico a un encuentro “fuera de línea”. Los predadores se aseguran de que el niño “guarde en secreto” la relación y utilizan tácticas específicas para aislar al chico de sus amigos y de su familia. Usarán “el viejo truco del dulce” para atraer a sus presas, esto es que, a menudo, les enviarán regalos, particularmente cámaras de video o webcams o tarjetas pre pagadas para teléfono celular; buscando a toda costa, ganarse la confianza del niño.
El detective Richard Peffall de la unidad de crímenes mayores de Pennsylvania, se encarga de una operación a largo plazo que busca la erradicación de los predadores en los foros de charla para adolescentes en Internet. “Los actuales predadores en Internet” dice Peffall son los mismos tipos que solíamos atrapar fuera de las escuelas hace treinta años cuando comencé mi carrera de policía. Estos criminales son los mismos individuos enfermos y desviados que acosaban a los niños en el pasado; la Internet solo les ha abierto una nueva vía para que puedan hallar víctimas. Con más de 40 arrestos de “Viajeros”; la excusa que mas frecuentemente oímos es “Yo solo vine a advertirles acerca de cuan peligroso es hablar con extraños en la Internet”. Pero al pedirles que expliquen porqué vinieron equipados con varios paquetes de condones en los bolsillos, a sólo advertir a los niños, y verse confrontados con la evidencia de su crimen, rápidamente se dan por vencidos.
Peffall además de insistir en que los padres deben constituir la primera línea de defensa contra los pederastas, e interesarse con quién “chatean” sus hijos, recomienda que instalen sus computadoras en áreas comunes de la casa; no en el dormitorio, ni en un estudio aislado, y sobre todo, que hablen con sus hijos acerca del peligro a que pueden estar expuestos”.
Apuntando a Múltiples Víctimas
La abogada Monique Ferraro y el perito forense: Bogan Carey, en su libro Investigating Child Exploitation and Pornography; discuten acerca de cómo la Internet se ha empeñado en impactar irreversiblemente cada esfuerzo humano, incluyendo el modus operandi de los predadores. Ellos se enfocan especialmente en la explotación infantil, “en línea”. La Internet, declaran, ha creado un verdadero negocio en lo referente al comercio de pornografía, que se mantiene, por mucho, lejos del alcance de la Ley y de los esfuerzos legislativos para regularla; incluso, la comunicación entre los pederastas se ha visto alentada de algún modo, al evitar que los depredadores se mantengan en la sombra como “lobos solitarios”. Se sabe que se apoyan unos a otros, en su actividad criminal, intercambiando ideas y buscando nuevas oportunidades y estrategias para atacar. Los ofensores cibernéticos, afirma el psiquiatra forense Michael McGrath, generalmente buscan múltiples víctimas; acechan a chicos con baja autoestima y problemas familiares; chicos inseguros acerca de su sexualidad, y con otras problemáticas comunes a los adolescentes. Estos depredadores irán adonde puedan encontrar grandes cantidades de niños o jóvenes. Algunas veces posarán como adultos que ofrecen a los niños una relación de tipo “Mentor”, y otras veces actúan como niños de la misma edad que sus contactados. Con la Internet, consiguen rápidamente cierto sentido de intimidad que les facilita el enfrentarse cara a cara, pues utilizan frases de manera inteligente capaces de convencer a cualquier chico o chica en el que están realmente interesados. Los oficiales que conocen las variadas herramientas que estos ofensores utilizan en Internet para atraer victimas potenciales (ganar su confianza y gradualmente seducirlos), están suficientemente capacitados para encontrarlos y detenerlos.
Los investigadores y psicólogos especializados en la “Depredación por Internet”, señalan una serie de “focos rojos” de los que los que los padres deben poner atención:
Regalos enviados a sus hijos, por desconocidos;
Llamadas telefónicas a los niños, de parte de adultos desconocidos;
Cuando un chico pasa largo tiempo “en línea”, sin decir de lo que habla;
Cuando él o ella tratan de esconder lo que están haciendo “en línea”;
Cuando un chico o chica, comienzan a comportarse de modo diferente a su normalidad, especialmente de modo agresivo.
Por seguridad de sus hijos, los padres deben establecer reglas claras acerca del uso de la Internet tanto en casa, como en la escuela y permanecer firmes al respecto. Deben establecerse verdaderos periodos de monitoreo, mantener una comunicación abierta con los hijos, procurando establecer un diálogo con la finalidad de advertirles sobre los peligros que hay en la red. Habrá tentaciones para los chicos con la intención de que desafíen a sus padres o para que intenten algo “peligroso”. Pero los niños, que si están educados o advertidos al respecto, no se arriesgarán.
El hecho es que la agresión sexual es una forma de crimen persistente, y los depredadores han encontrado la vía libre en Internet para captar jóvenes vulnerables. Los “Viajeros” se empecinan en dar rienda suelta a sus necesidades; pero se sabe bien, que evitarán a niños que están claramente protegidos por sus padres y buscarán objetivos más fáciles.
TULIO OÑATE ANGULO.
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