KAUWBOY
Director: Boudewijn Koole
Reparto: Ricky Koole, Loek Peters, Susan Radder
País: Holanda
Año: 2012
Año: 2012
Jojo
es un niño holandés de unos diez años que vive con su padre, quien por su
trabajo está frecuentemente ausente. Según Jojo, su madre –cantante country– está
de gira. Su padre no parece pasar por su mejor momento y Jojo oscila entre una
independencia cotidiana adelantada y la necesidad de contención. A veces están
las canciones de su madre, y a veces los triunfos en wáterpolo en el colegio. Y
una compañerita que hace bombas con chicle. Jojo encuentra un pichón de
grajilla (una especie de cuervo) y lo adopta. La película de Boudewijn Koole ganó
como mejor ópera prima en el reciente Festival de Berlín. Los motivos,
seguramente, tengan que ver con su narración honesta y fluida, que no se
acobarda ante conflictos y tristezas fuertes. Así, “Kauwboy” se convierte en
una película de especiales efectos de ternura y emoción, con una mirada
cabalmente humanista.
Ópera
prima de Boudewijn Koole, afamado cortometrajista y documentalista neerlandés,
“Kauwboy” retrata las vivencias de este espabilado pequeño llamado Jojo quien vaga
a sus anchas en el perenne paisaje que rodea su casa. Su padre se ha convertido
en un volátil vigilante de largos turnos diarios, frio y agresivo a veces,
mientras su madre parece que ha proseguido su carrera musical más allá del
Atlántico dejando a los dos desorientados y solos. Ante la falta de ambos, Jojo
hace las tareas del hogar con el recuerdo de su madre siempre presente y se
convertirá también en mamá circunstancial al hallar a esta cría de grajo caída
del nido. La acogerá, la educará y ésta le acompañará en esta vida de adulto
primerizo que le ha tocado vivir. “Kauwboy” es mucho más que la típica historia
de iniciación, es un bello poema sobre el crecimiento y las ilusiones que
dominan la niñez, frágiles, etéreas pero también necesarias.
Las
referencias del largometraje de Koole son claras. Llevan directamente a la
versión lírica del cine de los hermanos Dardenne con la excelente “Rosetta” (1999)
o la reciente “El niño de la bicicleta” (Le gamin au vélo, 2011); también la
perspectiva social de Andrea Arnold con “Fish Tank” (2009). Un chiquillo como
centro de un universo cruel y soterrado en el drama más primario. Todo envuelto
en un aura mágica con una puesta en escena que recuerda al Terrence Malick menos
barroco y mediático. “Kauwboy” esconde dolor en sus poros pero también inspira
ternura e ingenuidad. Es el contraste de una familia desestructurada y la
concepción de Jojo de ésta. En realidad el recuerdo es el eje de todos sus
movimientos. Un recuerdo que escenifica en cada llamada a su madre comentando
su jornada, desahogándose, le falta algo, lo sabe y no quiere lo mismo para su
nuevo y fiel amigo. Una protección cercana y materna, tutor de excepción de su
progresión, apoyo incondicional en las neófitas sensaciones por descubrir.
Las
escenas de Jojo con el pichón emocionan. Desde el primer amanecer juntos hasta
sus numerosos reencuentros, pasando por la típica situación familiar de evolución
del tamaño en un apartado marco de puerta. La conexión es total, no solo entre
los dos protagonistas también de un espectador maravillado con esta modesta
propuesta – que no llega a los ochenta minutos de metraje –. Lejos de la
compañía del ave su vida se torna amarga pero la sigue viviendo. Ama a su padre
(Loek Peters), a esa vecina mayor que él (Susan Radder) y no desespera. Su
agreste tenacidad llevará al momento de inflexión de la película. Un giro que
separa a “Kauwboy” del sobresaliente con un forzado hecho que, sin embargo, no
tira por tierra el excelente trabajo tanto de su realizador como de ese
aprendiz de cabeza de familia interpretado con desparpajo por Rick Lens. Por
fortuna, tan sólo es un sobresalto, el epílogo nos devuelve a su inherente esencia.
A esa vuelta al pasado. El nuestro. Donde las cosas eran tan simples. Donde el
amor siempre era correspondido. Donde no existía la palabra imposible.
Los
encuadres son sencillos y poderosos. La película está basada casi en un 100% en
Jojo y el casting fue acertado porque el protagonista es excelente. La historia
narrada a veces con una cámara que enfoca a manera de documental y el pequeño fresco
y real. Una fotografía prodigiosa que renuncia al lucimiento en pro de la
veracidad y la integración con lo narrado. Y el modelo de referencia
desorbitado, que imprime tensión al cuento, pero al mismo tiempo ternura y
belleza.
Un
hermoso, potente y sincero viaje que muestra con mucho cariño y belleza que la
única manera de soltar a la muerte es precisamente integrándola.
PAMELA WAGNER
SOUNDTRACK / Ricky Koole - You are the one
PAMELA WAGNERPAMELA WAGNER
TRAILER
SOUNDTRACK / Ricky Koole - You are the one
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